La cultura sabanera guanacasteca se respira en cada rincón de Liberia, desde sus tradiciones hasta su gastronomía. Durante las fiestas cívicas de julio, la ciudad se llena de música folclórica, rodeos y bailes típicos, donde el sonido de la marimba y el olor a rosquillas recién horneadas llenan el ambiente. La comida local, como el gallo pinto con natilla, las chorreadas y el queso palmito, refleja la herencia agropecuaria de la región. Además, edificios históricos como la Iglesia La Ermita La Agonía y el Museo del Sabanero ofrecen un vistazo al pasado de esta tierra de haciendas y cowboys. 

Rodeada de impresionantes paisajes, Liberia es el punto de partida para aventuras en la naturaleza. A solo minutos de la ciudad, se encuentra el Parque Nacional Rincón de la Vieja, con sus fumarolas, cascadas y aguas termales, mientras que las playas de Hermosa, Coco y Tamarindo atraen a surfistas y amantes del sol. El Parque Nacional Santa Rosa, con su bosque tropical seco y su importancia histórica, completa la oferta ecoturística. Liberia no solo es un destino de paso, sino un lugar donde la esencia costarricense se vive con autenticidad.